
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
No conocí personalmente a Rafael Valero, sin embargo, podría estar hablando de él quizás mucho más que de algunos amigos que si conozco en persona. Es lo que tiene Internet. Es lo que tiene haber coincidido con Oseas (este es el Nick que utilizaba) durante unos años en el, hoy desaparecido, foro de poesia.com. Hace ya una semana que a través de
Antonio del Camino supe de su fallecimiento y he sido incapaz de escribir una sola línea. Como no quiero dejar pasar más tiempo he decidido hacerle un pequeño homenaje dejando aquí unos sonetos de los muchos magníficos que escribió (ver
poemas de Oseas )
.
El primero representa su caracter afable y su faceta más irónica. Hace referencia a una corrección que hizo a otro de los miembros del foro sobre las silabas de unos versos que al ser modificados dió pié a este soneto:
No he pretendido ser impertinente,
ni obligarte a enmendar con tal trabajo
dos versos que, - te digo por lo bajo -
como estaban, lucían igualmente.
Mas, como por contagio, impenitente,
me estáis volviendo, lírico a destajo,
ahí van otros catorce, ! que carajo ¡
ya que enristrados vienen a mi mente.
Cosa que ya me tiene incomodado,
pues empiezo a ir en verso por la vida
y, antesdeayer, en el supermercado,
dije a la verdulera, sorprendida:
" si tersura y frescor son cual la vuestra,
ponedme kilo y medio de menestra. "
El siguiente soneto fue respuesta a uno titulado Carpe Diem de Miguel Ardiles y dice así:
Nadie duda Miguel, de su destino,
por eso cotizamos al Ocaso,
pero quien mas quien menos, por si acaso
allá donde vayamos no hay buen vino,
pretendemos que dure este camino,
si es menester, aminorando el paso,
y evitando pasar la vida al raso
por mas que el paso sea peregrino.
Por eso hasta la tuya alzo mi copa
y brindo por la muerte venidera,
con desenfado propio de Tenorio,
que poco he de tentarme ya la ropa,
pues, ya bajo la piel, la calavera,
lo que importa es vivir y no el velorio.
Finalmente, dejo aquí el último soneto que escribió cuando ya sabíamos que aquel foro iba a ser clausurado en unos días.
Antes de que en tus muros, el sonido
de las voces se apague y de que muera,
marchita en tus espejos, su quimera,
vengo a darte mi adiós agradecido.
Aquí, la soledad de un barco hundido,
tuvo a mi soledad por compañera.
Aquí mitigué el tedio de la espera
de una verdad que solo sueño ha sido.
Aquí encontré calor, cuando el invierno
con témpanos de hielo me cubría.
Aquí lloré, reí y cobró sentido
la página sin luz de mi cuaderno.
Y gracias a este foro de Poesía,
tuve amigos; viví; no estoy vencido.
-----------------------------------
Que la tierra te sea leve, amigo.