Nocturnos contornos
La noche no es un tiempo, ni un resbalón, ni un sitio.
Es un vacío que llena las arterias,
un ruido rencoroso,
un ruido rencoroso,
la voz del universo de vuelta de la nada,
un espejo peludo,
un borrón en el alma amargamente alado.
Un sueño, solo sueño. Y siempre es diferente.
un espejo peludo,
un borrón en el alma amargamente alado.
Un sueño, solo sueño. Y siempre es diferente.
En ella no se ingresa. No hay preguntas. Ni entradas.
Es ella quien penetra, quien pone condiciones
Uno solo es materia de su literatura,
palabra tras palabra, carne de tinta sólida,
trémulo extremo ciego de un verso nunca escrito
vibrando entre sus aguas.
Pero es la noche. Es ella
quien transmite su angustia o su esperanza
Pero es la noche. Es ella
quien transmite su angustia o su esperanza
Es ella la que escribe con su dedo de ébano,
su cuerpo de ebonita, su tremor incesante.
Uno solo es materia de su literatura.