Cáeme tu beso
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
Cáeme con la fuerza de tu beso
en el tránsito incierto de mañana.
Como una tempestad, cáeme y sana
la aterradora pampa que atravieso.
Ponme punto y seguido, solo eso,
con tus labios de menta y mejorana;
muérdeme la tristeza con tu gana
y aplasta mi desgana con tu peso.
Que tan pronto me caigas y me muerdas
y me aplaste tu peso enamorado
he de sanar... Estoy entre las cuerdas
de un frío laberinto de metal
y solo por tu beso, devorado,
volveré de ese atroz punto y final.
Etiquetas: Sonetos