Volver
.
.
Volver es arrancarse una a una,
capa a capa, los fríos vestigios
la cera y los dormidos amuletos;
aire, olores, anillos del viaje.
Es darse una palmada en el recuerdo.
Es dejarnos atrás, dejarnos atrás.
Volver es tantearnos los bolsillos
buscando los objetos familiares
que ya no están, la calle, los deseos,
el mar tan cerca de la noche, ruidos...
Y en su lugar las llaves, el tabaco,
el contacto ritual de las monedas,
un peine, inútiles pastillas del hastío...
Volver es andar hacia atrás, rebobinarse
los ojos sin ternura, hallar cenizas
de lo que fueron brasas inflamadas,
desordenar paisajes y palmeras,
llenar de picaportes la sorpresa,
hacernos a la idea de lo vacío.
Volver es ya no estar, ya no sentirse
la sangre ni el dolor de las heridas
ya no participar de las palabras
ya no morir ni amar, irse cayendo
de uno mismo a la nada silenciosa
y no saber, no pensar, indiferente.
Olvidar lo que fue y estar sentado.
.