El aguila infinita
Hoy podrías venir. Esta mañana
siento mancas señales indoloras,
un gusto como a moras, serias dudas
en la ventana y fotos de los días.
¿Que dirías, penetrando tu katana
con mis manos...? Oigo llegar las horas
por si, consentidoras, ciegas, mudas,
traen noticia liviana en sus encías.
Vapor de alas, retumbar de ruedas.
De negras sedas o de roja vida,
tu ida o tu venida es a deshoras.
Ya no te espero más. Marchitas, ledas
mis ganas de volar, quedas vencida,
huida entre las sombras que demoras.
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