La poesía del futuro
Cuando el hombre no hablaba
los poemas surgían de las manos, del brillo de los ojos
de ciertos gestos como el de acariciar o despiojarse
o el de ofrecer al otro la fruta más madura
y la parte más tierna de la caza.
Salpicar con el agua de un arroyo
era un acto poético supremo
y por supuesto ya existía el abrazo
y los gritos de angustia ante el peligro.
Lo de usar el teclado ha sido muy reciente
Todo va muy deprisa. Aún resulta difícil
ahondar en la poesía de los emoticones.