Dragones en la sombra
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Pero al llegar la noche
los dragones sin dientes de la ausencia
gimen lágrimas de fuego
Y es la trompeta de Miles Davis
la boca del grito. Y es la noche sin horas
que vibra
como un diapasón on on nnn sincronizado.
Dragones con llanto de metal
subiendo las escalas más agudas
que alcanza un pecho humano, o lágrimas ardiendo
titilando allí arriba
más allá del cristal de la ventana.
No hay traducción posible para esa larga nota,
aunque ellos sean los mismos
dragones, sombras, sin dientes, de la ausencia.
Y la trompeta de Miles Davis ardiendo,
cuando llega la noche, en las estrellas.