El tiempo a tropezones
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fue igual que el día siguiente
y la gente pensaba
“todo esto lo he vivido”
Un déjà vu perfecto
porque nadie intentaba
cambiar esa secuencia
creyendo ser los únicos
en sufrir el fenómeno.
“Si lo cuento –juzgaban-
pensarán que estoy loco”
Luego, los días siguientes
fueron ya muy distintos,
consecutivos números
en cualquier calendario.
Unos meses más tarde
se repitió el suceso,
aunque esta vez fue un martes
y tampoco los diarios
recogían la noticia.
Afortunadamente
los días continuaron
avanzando sin pausa,
al parecer, salvado
el anómalo escollo
Pero el cinco de Marzo,
llegado el mediodía
amaneció de nuevo
fijando lo ocurrido
con idéntica trama
sin protestas de nadie.
Ese mismo verano,
los “uno” y “dos” de Agosto
de un calor sofocante
suplantaron sin más
a los días “tres” y “cuatro”
que fueron silenciados.
El “cinco” fue más fresco.
Para la Nochebuena
hacía bastante tiempo
que el Universo andaba
trastocado y cayéndose,
reiterando las horas,
obviando incluso fechas.
Me han dado unas pastillas
que regulan en parte
-me explican- estas cosas.
Mis hijos no se atreven
a decírmelo claro
aunque estoy convencido
de que sufren lo mismo
Hay días que me visitan
varias veces seguidas
y meses que no vienen
aquí, a la Residencia..
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Resultó que un domingo
fue igual que el día siguiente
y la gente pensaba
“todo esto lo he vivido”
Un déjà vu perfecto
porque nadie intentaba
cambiar esa secuencia
creyendo ser los únicos
en sufrir el fenómeno.
“Si lo cuento –juzgaban-
pensarán que estoy loco”
Luego, los días siguientes
fueron ya muy distintos,
consecutivos números
en cualquier calendario.
Unos meses más tarde
se repitió el suceso,
aunque esta vez fue un martes
y tampoco los diarios
recogían la noticia.
Afortunadamente
los días continuaron
avanzando sin pausa,
al parecer, salvado
el anómalo escollo
Pero el cinco de Marzo,
llegado el mediodía
amaneció de nuevo
fijando lo ocurrido
con idéntica trama
sin protestas de nadie.
Ese mismo verano,
los “uno” y “dos” de Agosto
de un calor sofocante
suplantaron sin más
a los días “tres” y “cuatro”
que fueron silenciados.
El “cinco” fue más fresco.
Para la Nochebuena
hacía bastante tiempo
que el Universo andaba
trastocado y cayéndose,
reiterando las horas,
obviando incluso fechas.
Me han dado unas pastillas
que regulan en parte
-me explican- estas cosas.
Mis hijos no se atreven
a decírmelo claro
aunque estoy convencido
de que sufren lo mismo
Hay días que me visitan
varias veces seguidas
y meses que no vienen
aquí, a la Residencia..
6 Comments:
Bravissimo, maestro. Cómo me gusta. Güeno, güeno.
Gracias, Marta.
Cada vez más frecuente este terrible mal que destruye lo más intimo y personal que tenemos: la memoria. Esperemos que algún día no muy lejano se encuentre una cura efectiva contra este tipo de enfermedades degenerativas.
Suelo ir a las citas a desdía. Tenemos tanto tiempo, tanto quehacer, y tan profundo, que nos apartamos del calendario.
Me ha gustado mucho, me he reconocido en el poema y, de fondo, me acompañaba Ángel González de joven:
Ayer fue miércoles toda la mañana.
Por la tarde cambió:
se puso casi lunes,
la tristeza invadió los corazones
y hubo un claro
movimiento de pánico hacia los
tranvías
que llevan los bañistas hasta el río.
Como ves, es un sentimiento de poeta.
Como aquel famoso cuadro de Picasso que, con el tiempo, acabó pareciendose a la señora que había pintado, cada día Angel Gonzalez se va pareciendo más a mí, jeje.
Me encanta la palabra "desdía" (eres un génio) que expresa mejor que mi poema esa extraña sensación (la de estar viviendo con retraso, o, con adelanto) de los que andamos a tortas contra el tiempo, vencedor inexorable, que nos pasa y nos traspasa.
Gracias por tu constancia en la amistad que me gustaría ser capaz de merecer, estimado Nán.
Maravilloso poema,como una puñalada con el café del desayuno.
Estas certezas son las que duelen más,las cotidianas.
Un abrazo.
Un placer, querida amiga.
Como le comentaba a Nán, a medida que la edad y la falta de una obligación laboral nos alejan del calendario, el tiempo se vuelva más elástico e impredecible. Incómodo, pero uno aprende a convivir con ello.
Lo tremendo es cuando una enfermedad como esta del Alzehimer convierte lo que puede ser un olvido pasajero en el sintoma de un proceso implacable e irreversible de perdida de la propia identidad.
De una manera indirecta pero en alguien cercano, he ido conociendo paso a paso este proceso y me ha impactado profundamente. Espero haberlo transmitido.
Un besote, Reyes.
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