Se aproxima el invierno
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Como una montaña, de pronto, desprendida
que se nos viene encima, la oscuridad, la tarde
tizna de gris la habitación. Las cosas, formas
borrosas, derraman su irrealidad de bruma
y se hace espeso el aire suspendido. En la nariz
la mosca se acicala para morir de invierno.
El cuerpo es esta mano perezosa
que vuela hacia su encuentro. Se rebosa
de tiempo la distancia y el insecto
elige otro destino: el cristal de la ventana
donde anochece el frío. Pace la vista en soledad
la pantalla apagada de la televisión.
Un raro espejismo esboza medio en sombras
la imagen recostada en el sofá; en sus rodillas
ciego, inútil, reposa un libro abierto.
Hay una paz oscura, vieja, como de ayer
preñada de humedad, de humanidad, de siempre
Todo cumplido. Silencio, quietud, cero…
Un instante después, con precisión, el corazón…
bum… bum… bum… vuelve a moverse.
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Como una montaña, de pronto, desprendida
que se nos viene encima, la oscuridad, la tarde
tizna de gris la habitación. Las cosas, formas
borrosas, derraman su irrealidad de bruma
y se hace espeso el aire suspendido. En la nariz
la mosca se acicala para morir de invierno.
El cuerpo es esta mano perezosa
que vuela hacia su encuentro. Se rebosa
de tiempo la distancia y el insecto
elige otro destino: el cristal de la ventana
donde anochece el frío. Pace la vista en soledad
la pantalla apagada de la televisión.
Un raro espejismo esboza medio en sombras
la imagen recostada en el sofá; en sus rodillas
ciego, inútil, reposa un libro abierto.
Hay una paz oscura, vieja, como de ayer
preñada de humedad, de humanidad, de siempre
Todo cumplido. Silencio, quietud, cero…
Un instante después, con precisión, el corazón…
bum… bum… bum… vuelve a moverse.
2 Comments:
¡Qué caro te vendes, amigo!
Y qué gozo poder leerte, aunque sea tan de tarde en tarde. Una vez más, das en el centro de la diana con un poema de apariencia sencilla y, sin embargo, precisa arquitectura.
Un abrazo.
Escribo, siempre escribimos. Y desechamos. Desechamos mucho más. A veces algo parece reclamar su derecho a la luz, al menos unos instantes más y le damos la mano y le hacemos un sitio en nuestro cuaderno público. Es simple y no tiene que ver con la calidad, aunque puede que sí con la calidez.
Se agradece y mucho el comentario, querido amigo y el elogio inmerecido.
Un abrazo grande.
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