Fuegos fatuos
No fueron fuegos fatuos:
Fue la llama que no quema de tus
huesos.
Las luces que no alumbran de tus
ojos,
vivos desde tu muerte cada noche,
para los míos muertos.
Ellos fueron, tus ojos
incendiándome,
cercanamente lejos.
Gritándome el silencio de tu
ausencia.
Desenterrándome la vida con que
sueño.
Por eso vine aquí, a traer contigo,
además del espíritu que era, junto
al tuyo, mi cuerpo.
Pero ellos dicen: Fueron fuegos
fatuos.
... Y sé que no lo fueron.
Vine a verte. Era tarde. Aún
sangraba al Oeste
el arañazo del sol tras el Ocaso
pero su luz solo dejaba sombras en
los árboles,
moviéndose, silbando.
Y había, una extraña comunión del
aire, aún caliente,
con la frialdad del mármol.
Temblaba allí tu nombre con mis
lágrimas
cuando besé las flores secas de
aquel ramo.
Flores que alguna mano anónima,
sin cara,
sin envés, dejó como recuerdo de
tu olvido.
Tú me estabas hablando.
Desterrado de mí quise tu cuerpo,
quise amarte en los huesos y en la
ropa
y en las oscuras cuencas de luz
donde mis sueños
tantas veces miraron para verte.
Y te desenterré. Dejé en sangre
mis dedos,
escarbé hasta encontrarte en la
seca humedad profunda de tu féretro.
Te saqué de tu mundo de hueso en
carne viva,
hasta la superficie del mío en
tierra muerto.
Desde la eternidad donde te
hallabas
hasta mis labios helados de
recuerdo.
Y entonces te besé.
Fueron los fuegos fatuos. Eso
dicen,
pero yo sé quien eras volviendo
con mi beso.
Eras rosa en la noche,
lago verde ondeando bajo el cielo.
Eras azules sombras,
dulces chispas de color eran tu
pecho.
Y entonces me llamaron tus brazos
irisados.
Y yo fui a tu encuentro.
Dicen los que encontraron al fondo
de tu fosa,
revuelto con la tierra, con la
ropa, con tus huesos
mi desnudez sin vida; quienes me
hallaron, dicen,
que fue solo un mal paso. Un
resbalón dijeron.
Que alucinaba, dicen.
Los fuegos fatuos, dicen que
dijeron.
¡Ellos que saben!
¡Cómo van a saber que viviremos ya
juntos para siempre!
¡Que son ellos los muertos!
*Extraido de mi cuento con el mismo nombre en la tertulia: Cuentos de la Sala Roja" bajo el tema "Oxímoron"
Foto tomada de la web: http://tejiendoelmundo.wordpress.com/
3 Comments:
Bécquer no le hubiera hecho ascos, caro amigo. Qué buen pulso. Un abrazo ya vernaiego
El romanticismo en poesía lleva un tiempo bastante devaluado por una parte importante de la crítica literaria. A lo mejor con razón, no lo sé, sin embargo, pienso que muchisimos lectores han llegado a la poesía precisamente por autores como Bécquer.Y añgunos escritores.
Lo que realmente pretendía era escribir un cuento pero la propia temática y quizás también la condición impuesta (la presencia del oxímoron me fue llevando por ese lenguaje un tanto poético más que prosístico.
Un abrazo y gracias por acordarte.
Ah, no eran tantos. El tercero ya lo había leído.
En este país, donde para muchos ya no hay comida si no la recogen en centros asistenciales, no hay "crítica", amigo Manolotel: solo grupitos de intereses protegidos por grupos de intereses comerciales.
Lo que sí hay son voces sueltas que hablan con dignidad, aunque apenas se las oye.
Qué estupidez despreciar a Bécquer por "antiguo". Y después, a tantos otros que vinieron. No digo que no haya que leer a algunos de los actuales, dejarte llevar por un poema leído en Internet y decir "este me interesa", pero los poetas de hasta hace poco nos entregan cada uno un secreto técnico, de vida o de música.
Hermoso poema de dolor de la ausencia.
Un abrazo. Y, como dice don Micro, un día nos conoceremos. El aviador me anunció visita a Madrid en julio, pero el mes se acaba y no sé nada.
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