Soneto por la cara
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Nadie leerá una glosa por la cara
que desdibuja esta fotografía.
Del rictus pensarán que sonreía.
De su forma de ser, que era muy rara.
Tal vez esperarían que triunfara
en los cenáculos de la poesía
quien no lo mereció; solo sabía
encajar ripio a ripio con cuchara.
Se le vio con la pluma, absorto, inquieto
sobre un triste conato de soneto
sin acabar. Y así día tras día
En la foto parece que sonríe,
¡Qué va! No piensa en nada, no se fíe
¡Si lo sabré yo bien!: la cara es mía
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Nadie leerá una glosa por la cara
que desdibuja esta fotografía.
Del rictus pensarán que sonreía.
De su forma de ser, que era muy rara.
Tal vez esperarían que triunfara
en los cenáculos de la poesía
quien no lo mereció; solo sabía
encajar ripio a ripio con cuchara.
Se le vio con la pluma, absorto, inquieto
sobre un triste conato de soneto
sin acabar. Y así día tras día
En la foto parece que sonríe,
¡Qué va! No piensa en nada, no se fíe
¡Si lo sabré yo bien!: la cara es mía
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4 Comments:
Fluido soneto que, no me cabe duda, aplaudiría Don Pepote. Bueno, él, no sé; yo, desde luego, sí.
Un abrazo.
Aprendí mucho de él, pero a mi me encantaban, sobre todo, los sonetos consistentes y las réplicas divertidas de aquel D. Miguel
Ardiles y sus cocinetos :-)
Es que con el tiempo hemos aprendido al menos a no fiarnos, sobre todo de nosotros mismos. Pertenezco a esa escuela.
Se ve que nunca acabamos de aprender suficiente como para fiarnos. Ahí seguimos tratando de aproximarnos a la "aurea mediocritas" aristotélica.
Un abrazote.
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