De los caminos andados

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jueves, diciembre 10, 2009

La hebra de hilo




















Una hebra de hilo en la manga de una
chaqueta vieja. ¿Desde cuando está allí?
Una chaqueta colgada en un armario
roído por la carcoma. Es vieja y el polvo
también sobre la hebra, sobre la madera
del viejo armario, del que solo cuelga
esa única percha, con esa única prenda,
con esa única hebra. Unas manos omisas,
unas manos sin cuerpo, sin rostro , quizás
sin tiempo para más, colocaron sin mimo
la chaqueta en la percha, la percha en el armario
y después, disipándose entre el polvo y el tiempo
olvidaron la hebra apenas sostenida. Incluso
el mínimo aire de un suspiro la hubiera desprendido.
o, un portazo fortuito, en esa estancia
donde solo acude la pereza del polvo
que cubre la madera carcomida del armario
la percha, la chaqueta, la hebra de hilo en equilibrio.

31 Comments:

Blogger Merce said...

Desde cuando esta alli??? bueno... si olvidamos lo olvidable la hebra se irá deshaciendo hasta terminar lentamente sumiendo al polvo la chaqueta, la memoria.

Si no olvidamos pero recordamos, estaremos tirando de la hebra, con cada tiron hasta puede asomar una lágrima, pero la chaqueta se terminará deshaciendo y será polvo.

Si recordamos y no queremos olvidar, entonces enhebraremos una aguja y zurciremos con la misma hebra para afianzar nuestro recuerdo, la chaqueta volverá al polvo igualmente, pero tardará en hacerlo.

Perdurar en el tiempo y en el recuerdo, tus letras me llevan a la memoria :)

Apertas.

1:27 p. m.  
Blogger Ventana indiscreta said...

Carlos, me acabo de topar con tu hebra, con un filamento que atiende al tiempo, a la casualidad, al azar, al relato que dejas oculto, a la sujeción por los pelos (de la idea), a la sutileza constante.
Es un poema que se me ocurre llamar de canjilón, ya sabes que se me ocurren cosas muy peregrinas. Pero empiezas por la hebra de hilo, dos palabras, hebra e hilo, que apenas bostezan y meten ruido, para concluir en esa hebra de hilo en equilibrio. Hilo/equilibrio: que fascinación en su sonar, en su delicado rumbo.
Lo dicho, a sacar agua lentamente.

Besos.

P.d. Te lo incluiré en una foto que me viene al pelo, me des o no permiso. El poema es muy acogedor.

3:23 p. m.  
Blogger Ventana indiscreta said...

Perdón, cangilón, que no soy de Canyájar.

3:25 p. m.  
Blogger Shandy said...

Cuando lees un poema acuden antes las sensaciones que intímamente despierta que las palabras para definirlo.
Olvido, abandono e indiferencia de "unas manos omisas y sin mimo, o sin tiempo" y la carcoma del tiempo que lo invade todo de una tristeza que se pierde en la lejanía, en el vacío de un armario donde cuelga una única pieza. Vienen a mi memoria la "sombra de los días y la ceniza de las horas".
La arquitectura del poema es una hebra de hilo en equilibrio, perfecto el ritmo y la
armonía en los sonidos, u ritmo de "cangilón" como dice Sofía.

7:12 p. m.  
Blogger Shandy said...

Te dejo un enlace con un cuento de Ánxel Fole: El secreto del espejo. No sé por qué, al leer tu poema pensé en él, recordé "La sombra de los días y la ceniza de las horas". También por la palabra "Cangilón".
Un abrazo

http://sinpermisodetucaranilicenciadeustedes.blogspot.com/2008/12/el-secreto-de-nxel-fole.html

7:21 p. m.  
Blogger manolotel said...

Estimada Merce, el polvo del tiempo termina efectivamente por ocultar los recuerdos, pero a la vez da testimonio de lo vivido, como la ceniza da testimonio del fuego que la produjo. Me gusta como lo sientes y lo explicas.

Es un placer sentir este tiempo que nos regalas con tus palabras.

Un beso.

8:58 p. m.  
Blogger manolotel said...

Querida amiga Sofía, tu mirada hace girar al poema con sus cangilones (J. R. Jiménez, lo habría escrito con jota) en un movimiento de noria, o, de caja de música. Me resulta admirable conocer desde esa mirada diferente los reflejos que el poema suscita.

La idea era jugar a que el desgranar de las palabras repitiéndose simularan ese polvo sin peso que solo el tiempo es capaz de aposentar. La hebra es el contrapunto rebelde que se niega a dejar de ser y un poco también la excusa del poema. Explicarlo es decir algo menos de lo que dicen los versos, si acaso certifica la intención antes de que surgieran las palabras.

Este, precisamente, curiosamente, es uno de mis pocos poemas que ha resistido incólume sin tacha ni modificación el paso de los días.

Un beso.

9:25 p. m.  
Blogger manolotel said...

En primer lugar, Shandy, el cuento que me reenvías es una auténtica perla neo-romántica. Se le notan las influencias que citas en el post, sin dejar por ello un sello de auténtica originalidad y riqueza narrativa.

Respecto al poema, como dije antes, la intención estaba más cercana a esa "ceniza de las horas" de A. Fole que a esta figura de la noria con su cangilón (que curioso esto de las coincidencias) de horas, con la que sin duda también parece conectar.

Siempre un placer contar con tus apreciaciones.

Un beso, amiga.

9:41 p. m.  
Blogger Tinta de aterrizaje said...

Un poema para aposentarse en él.
Un poema perfectamente calibrado (Me pregunto si podemos hablar de 'calibrado' en un poema).
Un poema con la doble sensación de levedad y hondura.


Muy bello (Me pregunto si a estas alturas se puede decir muy 'bello').

1:00 p. m.  
Blogger Marian Raméntol said...

El olvido como fórmula de equilibrio.. Mmmm... interesante..

Un abrazote
Marian

1:43 p. m.  
Blogger pepa mas gisbert said...

Y la hebra de hilo es el detalle que te sugiere todo lo que ha podido ocurrir.
Una hebra de hilo
desgajada del forro de mi vestido
es la señal de lo que pasó ayer
o fue anteayer
o hace muchísimo tiempo
no recuerdo cuando
pero la hebra de hilo
me recuerda el que.

Un abrazo, como verás no me resisto a escribir algo

8:00 p. m.  
Blogger virgi said...

Y por la hebra llegamos a la urdimbre, pasamos a un bolsillo, donde hay más hilos, más hebras...y un sobre...y en el sobre, una carta, amarilla y desgastada, con agujerillos de lepismas plateadas que huyen a nuestro contacto.
En la carta, un adiós, una despedida, una lágrima borrando palabras...

8:07 p. m.  
Blogger manolotel said...

En mi opinión, Elisa, "bello" es tan correcto como cualquier otro adjetivo, aunque no sea un calificativo frecuente para un poema. Y desde luego, si a ti te lo parece, yo lo agradezco como si fuera así.

Acepto lo de calibrado en el sentido de buscar un equilibrio en la composición justamente en esos dos términos que citas: la hondura y la levedad.

Y sobre todo, gracias por acercarte a comentar.

Un besote.

10:43 p. m.  
Blogger manolotel said...

Marian, lo que a ti te parezca interesante, seguro que debe tener su puntito por algún lado. Desde ese prisma, estimada amiga, siempre es una satisfacción leer tus comentarios.

Un beso.

10:48 p. m.  
Blogger manolotel said...

Una hebra desgajada de tu vestido, estimada Alma, ha podido ser un pequeño accidente, o, la constatación de una estupenda velada y sus consecuencias. Yo me inclino por lo segundo (y no tiene porqué haber sido en tiempos tan lejanos :-) )

Gracias amiga por no resistirte a comentar a un escritor aficionado tan inconstante como este que te contesta.

Un beso resistente.

11:04 p. m.  
Blogger manolotel said...

¡Que precioso comentario, Virgi!
(¡Y que imaginación! :-))

Los peces de plata de los bolsillos no se atreverían con una carta tan romantica y triste como la que has dibujado :-)

Me encanta sentir a la fantasía volando libremente al conjuro de las palabras.

Un beso... alcanforado ¿!

11:13 p. m.  
Blogger M. Domínguez Senra said...

Hace más de 10 años fui al velatorio del padre de una amiga. Lo cuidó durante su enfermedad y siempre lo tuvo limpito, como se suele decir. Si te digo que una vez me regaló una tabla de planchar... Pero allí, en el velatorio, digo, de cuerpo presente, el difunto tenía en la manga del traje de lana antracita un hebra de hilo blanco. Y, como te estarás imaginando, con la urna que te echan encima, no era posible retoque alguno. Creo que se quedó así.
Saludos.

6:47 a. m.  
Blogger manolotel said...

Estimada Marta, cuanto me alegra conectar contigo de nuevo.

Evidentemente, el caso que explicas daría para otro poema, un poquito más macabro quizás. En todo caso resulta inquietante el detalle y sorprendente que te hubieras fijado en él; supongo que en esos casos, con la quietud y el silencio, los sentidos se agudizan y somos más conscientes de tales pormenores.

¿Que pasó con la tabla de planchar?
:-)

Un beso.

11:55 a. m.  
Blogger Isabel said...

...la hebra de hilo en equilibrio".

Precioso, me ha recordado uno de los primeros microrrelatos que leí y desde entonces mi preferido porque me parece una gran metáfora de las personas en esta sociedad.

Te pongo la dirección de la página, aunque seguro lo conocerás:

http://www.lainsignia.org/2003/febrero/cul_067.htm

Te deseo felicidad.

11:54 a. m.  
Blogger manolotel said...

Gracias Isabel.

Sí, lo conocía pero me ha alegrado leerlo otra vez. Efectivamente es la misma hebra y la misma chaqueta... pasado un tiempo. :-)

Un beso.

8:18 p. m.  
Blogger NáN said...

Maestro, me pregunto cuántos hilos habrá recordado tu poema a cada uno de los que lo hemos leído.

Hilos de una ligereza que no predice su fuerte persistencia. Que saben ponerse a buen recaudo en armarios que no olvidamos para siempre. Que están ahí no para que tiremos de ellos (ya cortaron la unión al ovillo).

Tu atención a las pequeñas cosas produce conmoción.

7:13 a. m.  
Blogger Tempero said...

Me pregunto sobre la posibilidad de abordar la hebra de hilo desde una elegía. Si fuera así, me cabe la pregunta de si sería capaz esa nueva forma de abrirnos la memoria como nos la abre esta medida que tu nos muestras en el poema donde la musicalidad brota, brota en susurro:
'el mínimo aire de un suspiro la hubiera'

Me quedo con esta forma más queda de hacer poesía.

12:35 p. m.  
Blogger alicia said...

Camino este sendero por primera vez y encuentro tu poema... Caen las palabras como motas de polvo y dan ganas de ser hebra en rebeldía y reivindicar un presente en el que la vida se prendía en nuestra piel dejando tras de sí un rastro deshilachado. Me ha encantado esa mirada que prestas a lo ínfimo y presiento que nos encontraremos por este camino... Un abrazo y gracias por visitar mi trigal

8:50 a. m.  
Blogger manolotel said...

Las pequeñas cosas, como dices, estimado Nán, proporcionan los matices a la vida y lógicamente, (¡que te voy a contar a ti!), a la literatura. Sin esos detalles, todos los guiones de este transcurrir se reducirían a aquello que Gil de Biedma decía: "...Envejecer morir es el único argumento de la obra" y no es eso. Creo.

Un abrazo fuerte.

6:36 p. m.  
Blogger manolotel said...

Gracias, Tempero. La hebra en elegía. En principio suena bien, aunque más que morir, una hebra como esta acabaría fundida, confundida con la tela y esperando "la mano de nieve que venga a buscarla".

Me causa satisfacción que una buena pluma, como es la tuya, opine bien sobre este tipo de poesía, llamémosle... sosegada.

Un abrazo.

6:44 p. m.  
Blogger manolotel said...

Una primera vez también para mí, Alicia (que no siempre tienen por qué ser malas :-) )y una satisfacción encontrar tu comentario que refleja de una manera bastante acertada la idea con que comencé el poema. Por supuesto que volveré a ese trigal tan acogedor más de una vez.

Un abrazo también para ti.

6:50 p. m.  
Blogger manolotel said...

Muchas gracias por el regalo, amiga Alma. Yo también brindo por tu mañana, incluyendo tu "esta noche"

Besos.

10:52 p. m.  
Blogger Isabel said...

Qué escritura más fluída y hermosa has encadenado con unos pocos y sencillos elementos... un abrazo.
http://senderosintrincados.blogspot.com

11:25 p. m.  
Blogger manolotel said...

Yo solo pongo las palabras, estimada Isabel, el poema está en la manera que tú lo sientes y los colores y la música que le pones y el lugar que le das en tu alma. Yo disfruto de esa luz que vuelve reflejada en tu comentario. Gracias.

Un besote.

12:53 a. m.  
Blogger Alfredo J Ramos said...

Qué dificil y qué bien resuelta la tesitura, el tejido, de este poema que se va doblando y desdoblando sobre sí mismo, en contrapunto, en raro equilibrio que parece quebrarse al final de cada puntada y sin embargo logra cruzarse en la vuelta siguiente, y toma cuerpo, y arropa. A medida que leo, es como si fuera tirando de ese hilo que finalmente queda brillando, mínimo, perfecto, indefenso, intacto. Ese hilo, ese hálito. Sólo la poesía es capaz de crear estas sutilezas (bueno, quizás también, algunas músicas, pero sólo las palabras son capaces de darle sentido). Enhorabuena, poeta. No me extraña que no hayas corregido nada. Es así. Un abrazo.

2:31 a. m.  
Blogger manolotel said...

Lo explcas perfectamente, Alfredo. Hay poemas, raros poemas a los que uno solo puede decir: "Es así" . Y es porque se queda uno con la sensación de que ya ha se ha dicho todo lo que uno quería decir.

Yo creo que igual que con el vino, es muy importante ese aroma ese retrogusto, que queda en la boca una vez que se ha apurado del todo la copa, el poema. O, algo parecido.

Obrigado sentir tu voz por este perezoso blog.

Un abrazo, amigo

5:49 p. m.  

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