De los caminos andados

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domingo, octubre 04, 2009

Manifiesto Persona


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No me duelen como antes los parias de la tierra
Ahora me duele un pobre concreto con su nombre.
Ese que empuja el carro de algún supermercado
y en lugar de comida lleva chatarra y ropa
que no se han de poner sus dueños porque han muerto.
Sé que se llama Luiso y que duerme en un coche.
Me duele aquella otra que descubre en su brazo
una estrella morada en medio de la vena,
cuyo centro es un nudo de sangre coagulada.
Responde a cualquier nombre: ¡Oye tú! ¡Vieja! ¡Tía!
pero sonríe al “¡Lola!” de los que la conocen
y los que ponen precio a su carne maltratada.
Me duele aquel que muere, niño de hueso y hueso
con ojos de cobalto, tan parecido al otro
que yace hambriento al lado y también tiene un nombre
Songó y Yebra me duelen y Suad que fue la madre;
del padre heredó el Sida hace ya algunos años.
No me duele el obrero cuando tiene un trabajo
y un sueldo y Sindicato, me duele Akim que baja
diariamente a la mina en busca de diamantes.
Solo tiene diez años pero es delgado y cabe
por rincones recónditos donde no llega el hombre.
Respira polvo y tose, no llegará muy lejos.
Me duele Horacio, el indio de la selva amazónica
que ya no caza o pesca, tan solo se emborracha
porque hallaron petroleo muy cerca del poblado.
y le dan aguardiente a cambio de silencio.
Ya es un viejo sin dientes a sus cuarenta años.
Con el tiempo no siento los Grandes Objetivos
Ahora solo me duelen el emigrante Lebko
el desahuciado, Vargas, que lo es por ser gitano,
la niña Yua, vendida a un viejo como esposa,
Bito y Zoido y Manuel y Radek y Jorene
y otros que no son números, ni gente, ni estadística;
son personas con nombre que nacieron sin suerte
Esos pobres me duelen hasta sangrarme el alma.
Todos, sí, pero Esos.

35 Comments:

Blogger Lara said...

Grande.

7:21 p. m.  
Blogger Marisa Peña said...

Me ha gustado muchísimo...Un abrazo

9:18 p. m.  
Blogger Antonio del Camino said...

Amigo, estremecedor poema. Y verdadero. El dolor, concreto en personas con nombre y rostro se hace mayor, nos muerde el corazón y se humaniza. Tal vez con el alma puesta en esas personas, y no en entes virtuales, podríamos hacer un verdadero ejercicio de solidaridad y justicia. Tu poema, impecable técnicamente, remueve las conciencias. Acaso, algún día, ésos...

Un abrazo,

Antonio

9:34 p. m.  
Blogger manolotel said...

Tú si que lo eres, amiga.

Un beso y algo de "nostaljia".

12:15 a. m.  
Blogger manolotel said...

Hola Marisa, me alegra que te guste. Tode el mérito es de tu enorme sensibilidad poética.

Un beso.

12:19 a. m.  
Blogger manolotel said...

Ocurre que frente al discurso de las hermosas palabras está la terrible fealdad que la sociedad va dejando detrás de su egoismo. En el trajín diario son solo una noticia en "Marginales" a la que ni siquiera le ponen iniciales como hacen con los accidentados en la carretera.

Pero lo tienen.

Un abrazo, Antonio.

12:35 a. m.  
Blogger Ventana indiscreta said...

Previo:

http://estar-al-acecho.blogspot.com/2009/01/microscpica.html

En esta entrada hay un comentario de Miquel Fuster (Bueno, del administrador de su blog).

http://estar-al-acecho.blogspot.com/2009/01/jos.html

En esta entrada di por sentado mi modo de compartir un café con José.

http://estar-al-acecho.blogspot.com/2009/02/miquel-fuster.html

Esta es la entrada que hice suscitada por Miquel.

Y sí, repito lo que dije: Herida, vibrante, sincera, radical y llena de ramificaciones.


De momento es un previo por si quieres echarle un vistazo. Regreso a tu predio más tarde.

Besos.

12:54 p. m.  
Blogger Ventana indiscreta said...

Previo 2:

http://comix.zonalibre.org/archives/086725.html

En ese enlace se habla del libro titulado 'No hay tiempo para jugar'. De él te extraigo el siguiente relato:


ME CAYÓ UNA VIRUTA EN UN OJO

Me llamo Bertha, tengo 14 años y trabajo desde hace más de un año en un fábrica de vasos de vidrio.
En el departamento donde estoy somos dos chamacas las que empacamos los vasos, otras los revisan y otras más mueven las cajas y las acomodan donde les dicen.
Me gusta mi trabajo, lo prfiero a andar en casas. Aquí hay muchachos con quienes platicar y además a las cinco se acaba el trabajo. Nos pagan el mínimo más premio por producción, que son otros diez u ocho mil más a la semana.
Hace como un mes me cayó algo en un ojo, me dolió mucho. me llevaron con el doctor particular de la empresa, me vio y dijo que sólo había sido un leve rozón de un virutita de vidrio, pero que no tenía nada. Sólo que a mí me duele un poco, sobre todo cuando hace mucho sol. Sin embargo ya volví a ir con el mismo doctor y dice que son mis nervios. Yo por las dudas me compré lentes oscuros, así me molesta menos.

BERTHA, 14 años, trabaja de obrera en una fábrica de vasos de vidrio.

1:41 p. m.  
Blogger Ventana indiscreta said...

Irrigar:


Leído así o en cualquier otra disposición me hubiera atrapado lo mismo que me ha atrapado ahora/antes: y el dolor. Hay textos que en su decir ya puentean con una pero en 'su modo de decir' ya intrigan, y hasta la irrigan. Si Manolotel. Irrigar a un@ un texto es lo que mejor se me ocurre para derivar un texto como poético. A ver, un niño de hueso y hueso, o ese verso/frase que clama:
'Ahora me duele un pobre concreto con su nombre.'

Firmo tu manifiesto como verdad y como poema.

1:54 p. m.  
Blogger Marian Raméntol said...

El dolor impregna los ojos, si sabemos mirar, levantar las cortinas de la tarde, si miramos bien, el dolor nace del sol. Estupendísimo poema.

Abrazos
MArian

5:00 p. m.  
Blogger pepa mas gisbert said...

Individualizar el dolor y la miseria y la pobreza y el maltrato vuelve humanos a quienes los padecen y no solo números en una estadística y eso es lo que conmueve mejor nuestros corazones.

Un abrazo, estupendo texto

7:12 p. m.  
Blogger manolotel said...

En primer lugar, Sofía, muchas gracias por tus pormenorizados comentarios y los enlaces que los complementan.

Ya había visto algunas de tus fotos-denuncia y creo que en una ocasión al menos estuve en la página de Miguel. Efectivamente hay muchísimas personas con nombre y apellido que deambulan su desesperación y su miseria por las calles de las grandes urbes. Como tú dices, todos tienen una historia detrás. El cuento me parece muy realista.

Tampoco lo que cuenta el poema son casos abstractos. Durante unos cuantos años estuve en una Asociación de Vecinos tratando con algunas de esas personas y también tuve la ocasión de viajar y ver de cerca algunos de los casos que enumero en el poema.

Aprovecho para mencionar la imponente labor que hacen las O.N.G. por esos mundos.

Ojalá que, igual que ahora los gobernantes se preocupan por el cambio climático, lo siguiente sea erradicar la pobreza. Pero me temo que eso forma parte de los daños colaterales admitidos por el Sistema, el cual no parece que vaya a cambiar en absoluto.

Un beso, amiga.

9:32 p. m.  
Blogger manolotel said...

Tu lo explicas muy bien, Mariam.

Es cierto que a veces tenemos delante situaciones y no sabemos verlas y en otras cerramos los ojos (o cambiamos de canal) para no sufrir con el dolor de los demás. De todo hay.

Un beso, amiga.

9:45 p. m.  
Blogger manolotel said...

Gracias a tí, Alma, por sentirlo así.

Pienso que haberlo podido transmitir, independientemente de la forma, ya es importante en si mismo.

Un besote.

9:51 p. m.  
Blogger Isabel said...

Ha sido bueno llegar hasta aquí para leer un post tan sentido y tan solidario. En las palabras que dejaste en mi blog cuando lo visitaste encontré inspiración para una entrada... si quieres leerlo, es en el fondo cosa tuya. Un beso.

http://senderosintrincados.blogspot.com

9:13 p. m.  
Blogger manolotel said...

Isabel, me alegro de que te haya gustado el poema por lo que tiene de solidario y me alegro también de haberte inspirado esa entrada tuya con tanta sensibilidad y lirismo.

Un beso.

12:01 a. m.  
Blogger Luisa Arellano said...

El sistema del bienestar nos ha embrutecido de tal manera, que ni de lo que tenemos delante de las narices nos damos cuenta. Y están ahí, como tan sabiamente dices, con nombre y apellidos y con desdichas reales... mucho más reales que las nuestras.

Nos ponen la zanahoria delante y corremos tras ella como energúmenos sin ver nada de lo que sucede a nuestro alrededor.

Suscribo tu poema de principio a fin, mi buen amigo.

Gracias por poner tu gran sensibilidad a nuestro servicio.

Besos.

8:52 a. m.  
Blogger manolotel said...

Muchas gracias a ti, querida amiga, por tu sensibilidad por estos temas que sé que la tienes y muy a flor de piel.

Un beso.

1:02 p. m.  
Blogger Isabel said...

Tocas muy hondo el centro de mi pesar,cuando me duelen todos esos a los que no les dieron ocasión de tener suerte,de tener algo o alguien...
Gracias por tu comentario y volveré a leerte despacito.Lo mereces.:-)
Un abrazo y hasta pronto.

3:21 p. m.  
Blogger Isabel said...

Duelen, duelen siempre.

6:45 p. m.  
Blogger manolotel said...

Es dificil, Isabel, poner cara y ojos a la desgracia humana. He pensado que sería mucho más fácil si empezamos por darles el nombre al que tienen derecho.

Un placer tenerte por aquí.

2:17 a. m.  
Blogger manolotel said...

Gracias Isabel Mallén. Es muy importante para mi saber que te ha llegado el poema.

Un beso.

2:19 a. m.  
Blogger edmundo serna ruz said...

El dolor que nos arrojan contra el alma hasta hacerla sangrar y nos la deja en carne viva, es el de la injusticia. La misma etre la que estamos acostumbrados a andar y nos llega hasta las rodillas, y sus salpicaduras al corazón. La misma que engrasa la maquinaria del dinero que no nos podremos llevar a la tumba.
No se puede describir mejor que tu lo has hecho, llamando por su nombre al dolor y me atrevería a decir que por el nuestro a la vergüenza.
Gran descubrimiento este blog. Enhorabuena.

3:22 p. m.  
Blogger manolotel said...

Para mi es un placer poder comunicarme con personas qeu, como tú, sienten la injusticia de los desposeidos como cosa propia.

Nos leemos. Un abrazo.

6:31 p. m.  
Blogger ETDN said...

Qué cerca los tenemos y no siempre los vemos.

Espero que no tengas que volver al dentista en mucho tiempo :) Y, de hacerlo, deseo que lo hagas bien acompañado.

Un beso

6:21 a. m.  
Blogger manolotel said...

Así es, estimada amiga, desgraciadamente dejan poca huella en la memoria y en el corazón. Instintivamente tratamos de eliminar de nuestra realidad lo que nos causa dolor.

Al dentista tengo que volver pero solo para una revisión rutinaria (espero) :-)

Ya he pedido vuestro libro. Un beso.

10:40 a. m.  
Blogger aspid said...

tienes un premio en mi blog, si gustas, pasa a recogerlo.

besos.

5:49 p. m.  
Blogger manolotel said...

Te lo agradezco infinito, estimada amiga.

Si te digo la verdad no creo que pueda traerme el premio porque soy un negado para esto de la informática, pero en todo caso, por tu generosidad al acordarte de mi blog, para mí será como si este inmerecido premio estuviera ya conmigo.

Un besote

8:40 p. m.  
Blogger Alfredo J Ramos said...

Un poema preciso, buen ejemplo, creo, de lo que lo podría denominarse "poesía social", si bien pone el acento de forma marcada en el cáracter único e irrepetible de cada individuo (y así sortea tanto el panfleto como la demagogia, dos de los peligros que suelen acechar esta óptica poética). Los retratos de cada uno de los "esos" citados me parecen "carboncillos realistas" muy notables. Un abrazo, amigo.

1:56 p. m.  
Blogger manolotel said...

Pues sí, amigo Alfredo, es fácil caer en un cierto discurso incendiario, a mi modo de ver, poco eficaz, cuando se tratan estos temas. Sin embargo, tampoco sería creible un relato periodístico y frío de unos hechos que por repetidos terminan pasando desapercibidos.

Espero que al personalizar cada caso en concreto se haya puesto de manifiesto claramente -como habiamos dicho- toda esa otra realidad invisible que contiene tanto dolor y tanto sufrimiento ajeno y sin embargo prójimo.

Un abrazo también fuerte, mi estimado amigo.

10:29 a. m.  
Blogger NáN said...

Firmo y confirmo. Le pondría de subtítulo "Contra la ceguera".

Un gran abrazo

9:59 a. m.  
Blogger manolotel said...

No está mál el título, Nán. No hay peor ciego que el que no quiere ver.

Un abrazo

4:37 p. m.  
Blogger Shandy said...

Todos "los parias de la tierra" tienen un nombre, aunque no figura en las estadísticas. Pero si es cierto que ver el dolor y la miseria de cerca, palparla hace que se te revuelvan más las vísceras. En los contenedores de mi calle (de una ciudad pequeñita) lo veo. Y, por las noches, en la Estación de autobuses se acumulan los vagabundos (hasta hace poco a partir de las doce de la noche, era el lugar más solitario de la ciudad).
Sí, la miseria nos llega a la puerta en este pais también.

Buen poema.

9:02 p. m.  
Blogger manolotel said...

Sucede que no hay frontera que resista al hambre. Si, llegan a las puertas de nuestras casas y depositan sus problemas en nuestra mesa. También traen consigo su cultura y con ella, tradiciones que chocan con derechos fundamentales que el mundo occidental ha conquistado hace mucho tiempo.

De todas formas, la miseria no tiene patria ni carnet de identidad. Pero tiene nombre y vive a nuestro alrededor aunque a veces parezca invisible. Mejor dicho, transparente.

Un beso y gracias por comentar.

12:45 a. m.  
Blogger Lily said...

Amigo mío, el dedo en el renglón...pero tal vez algún día dejemos de oir los discursos de gobernantes que dicen abogar por los pobres y, en vez, sean los hechos los que hablen.

Un abrazo,
Lily

2:54 a. m.  

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