Perdido
Aquel hijo que se pensaba serlo
toda una vida, supo
por un informe de su cama a altas horas
que hacía ya muchos años
nadie le respondía.
Fue entonces cuando pensó llevar
unas flores de huérfano a sus padres.
Crisantemos sobre todo.
Y al volver, conversando
como consigo mismo, dijo:
No tenemos a nadie encima de nosotros
ni miran hacia arriba los de abajo.
Los cines son cada vez más escasos
y ya no conseguimos aprendernos
los nombres de tantos poetas de memoria.
Eso dijo. Notó después que le dolía
un músculo con frecuencia discreta.
Paró de andar para observar mejor
la ciudad que creía conocer
mirando a algunos transeúntes.
Sobre todo mujeres.
Jóvenes sobre todo.
Cuando le respondían siempre eran
marcas de coche,
cristal de escaparate,
utensilios urbanos,
lo que sobra del humo cuando ya ha sido usado.
También dijo: Tenemos que entregarnos.
(Era una frase hecha. Aparentemente sin relación
con su estado social. Irrelevante)
Tenemos que entregarnos.
(Lo repitió dos veces).
Yo lo vi calle abajo, perderse.
Ya perdido.
10 Comments:
Me da como apuro hacerte comentarios de andar por casa, con los lectores tan entendidos que tienes, pero, mira.
Que si tenemos que vivir en la ciudad, más nos vale que nos guste.
Más nos vale creer que estamos vivos.
Un beso.
Estimada amiga Lula, tu sabes como se agradece cualquier comentario en nuestro blog, por muy de andar por casa que sea. En este caso, más aún ya que viene de ti.
Pero si no hay comentarios, no voy a pensar que el poema es malo ni me voy a disgustar con nadie.
Esto es Internet. Nadie está obligados a comentar nada y menos aún a dar explicaciones de su silencio.
Mis lectores sois vosotros, los de siempre. Más que pretender que entendais (o, me entendais) lo que me gustaria es que os llegase, unas veces la belleza de la construcción, otras el sentido, la emoción... Que os dijera algo en la forma en que lo hace un cuadro, la música ó un paisaje, por ejemplo.
El Otoño, que para unos es comienco de ciclo, también es frontera y final de lo anterior. Posiblemente algo de eso se haya visto reflejado en este poema, no sé... Ya está en vuestras manos, en vuestra mirada, la interpretación. Se me bese, plis.
¡Ah, Manolotel!
¿Esa frase final de tu respuesta es ambigua a propósito? :DDD
Obedezco: Me he besado cariñosamente y te envío un beso.
De ese modo me aseguro de cumplir tu deseo, sea cual fuere.
:) A propósito. Otro grande para ti.
La soledad cruza erratica y lenta por los parajes civilizados en exceso y hiere doblemente, como la pobreza en palacio. Mendicantes en fachadas de catedrales góticas.
La soledad cruza abatida los brillantes blogs, adormecida en la indolencia de una abandonada lucha en todos los otros parajes.
Una caridad, un segundo de atención, un beso de papel
La poblada soledad de las ciudades donde solo besa el metálico resplandor del vidrio en el asfalto y cualquier farola es más cálida que los rostros indiferentes. Algo de eso, si, desde los pasos de la edad olvidada y la derrota de la rebeldía. Pero siempre hay una puerta que se abre y una voz de papel que nos reclama con el tintineo de la hora y el encuentro en las redes compartidas. Un abrazo fuerte.
"Ya perdido" Terrible conclusión. Un hermoso poema, muy desgarrador. Viene a ser como mirarse en un charco. Besos.
Preciosa metáfora, Isabel, que le añade valor al poema. Hay un algo de terrible en esa sutil soledad de las miradas esquivas, de la ciudad indiferente.
Creo que la verdad, trágica y salvadora, está en el verso "Tenemos que entregarnos".
Mi enhorabuena.
Yo también creo que es uno de los versos más significativos, José Manuel. Es ese plural cercano y a la vez mayestático que dice y abarca tanto.
Felíz por tu visita amigo. Un abrazo.
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