¿Donde está el pez?

A través del agujero del bolsillo del pantalón se cuela
el hambre y el frío y se pierden las agujas y no cae
en cambio la botella de cristal que, para lo que
le queda, ya se podría haber ido a hacer gárgaras
como aquella vez que te enseñó Juanito, el de
Casa Rabos, accesorios para bicicletas que quebró
¡Te acuerdas! ¿Qué habrá sido de Juanito?
¿Tendrá también su esquina? Todos los hombres
deberían tener su propia esquina. A lo mejor es
uno de los Mandamientos que son diez, eso
también te lo enseñó Juanito en el año aquel
que estuviste pidiendo en su pueblo: Solera del
Valle, nombre de vino y de Sol. Como no tenías
más que 12 años, ni sabías beber bien, ni tomar
bien el Sol y Juanito erre que erre, que tenías que
aprender a hacer gárgaras. Cuando te despediste
de tu primer o penúltimo amigo, ya sabías
con Notable, tomar el sol sin turrarte y beber
vino hasta perder el monedero, además no solo
podías hacer gárgaras como un maestro sino que
desde entonces, muy cerca del agujero del bolsillo
del pantalón, llevabas a tu nuevo amigo en su
pecera. Ya ves, por ahí se perdía todo
y se colaba todo, en cambio nunca se te ha caído
la botella que, desde hace un rato, no tiene casi nada
y ahora asoma su cuello alargándolo como preguntando:
¿Dónde está el pez?