Tacto
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Esta silla de aquí la han tocado sus manos
y en esta mesa ha puesto la yema de sus dedos.
Con este arcón su pie se tropezó
este leve arañazo lo refrenda.
Aquí, justo aquí donde ahora toco
empujó con la palma de la mano,
para cerrar la puerta
y aquel vaso de allí tuvo el calor
del labio y de su aliento.
Ese sillón de ahí de la terraza
ha acogido su cuerpo muchas veces
y aquel espejo de allá que la contuvo,
hoy me mira, desnudo y en silencio.
Cualquier objeto que roce o que la sienta
adquiere la virtud de recordarla;
basta tocar de nuevo
y que regrese
con el tacto su nombre, su belleza.
4 Comments:
Un hermoso poema de ausencias, acaso elegía. Cuántos detalles ínfimos, apenas perceptibles, pueden acercarnos a la/s persona/s ausente/s...
Me ha emocionado.
Un abrazo.
Gracias Antonio. Ultimamente le dedico poco tiempo a la poesía y posiblemente se note en la factura. Más simple, menos original... que sé yo
Sí, quizás sea sencillo... pero eso no es un mal para la poesía si se llega ahí después de un trabajo difícil. El tema anuncia un dolor que deja sin palabras a los que no sabemos.
Un abrazo
Efectivamente, estimado Nán, en la poesía lo más dificil es aunar la idea a la forma y ambas necesitan tiempo y meditación. En este caso pretendía que el fondo, la presencia que informa del dolor de la ausencia, se aliara con la forma despojándola de una excesiva adjetivación para evitar un dramatismo que a la larga hubiera resultado impostado y superficial.
Un abrazo
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