Sucede a veces
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Escucha. ¿No lo oyes?
Es “entonces” que suena con el viento
A madera tronchada en la almohada
De un ahora soñoliento.
La espera en que te apoyes
Temblará levemente en tu costado
Y el perro vigilante en ese instante
Acudirá a tu lado.
Son cosas de la ausencia
Es un síntoma leve y pasajero
Como un dedo amputado que ha notado
Un malestar ligero
Del anillo presencia
Siempre nos queda el sobresalto mudo
De haber sobrevivido allí escondido
Como un dolor menudo.
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