Amasando pan
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Fue después de la guerra. Yo era aún muy pequeño.
Mis tías amasaban el pan que nos comíamos.
A veces me dejaban que yo hundiera las manos
en esa masa húmeda, ligeramente tibia
como el vientre de una mujer preñada,
Y le iba dando forma: las piernas, la cabeza
los brazos largos, largos, que alcanzaran
el cuerpo tan lejano de mi madre.
Ni madre que al poco de nacer me llevo al pueblo
y me dejó al cuidado de mis tías,
porque allí, en la ciudad, no había alimentos
con que criarnos a mí y a mis hermanos.
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Fue después de la guerra. Yo era aún muy pequeño.
Mis tías amasaban el pan que nos comíamos.
A veces me dejaban que yo hundiera las manos
en esa masa húmeda, ligeramente tibia
como el vientre de una mujer preñada,
Y le iba dando forma: las piernas, la cabeza
los brazos largos, largos, que alcanzaran
el cuerpo tan lejano de mi madre.
Ni madre que al poco de nacer me llevo al pueblo
y me dejó al cuidado de mis tías,
porque allí, en la ciudad, no había alimentos
con que criarnos a mí y a mis hermanos.
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