No me vas a querer
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No me vas a querer
Se lo escuché a la e muda hablando con la hache
Los mudos, ya lo sabes, no pueden ocultarse
de los ojos, ni decirse al oído, lo que sienten.
Por eso, (y creo que fue en francés) en las finales
que nunca pronunciaba, lo descubrí, lo supe:
No me vas a querer. Si hubo un motivo
(bien por consejo médico, rutina partidaria,
infundada atracción, raíces comunes,
o un impulso, que como todo impulso
solo avanza unos pasos, luego para)
pues bien, si hubo un motivo y si algo queda
como un rastro brillante y espontáneo,
en esa brasa que llamas corazón,
me temo que no arde. Ya no arde.
Pero, ¿verdad que es dulce... ( a ver como lo digo)
haber querido un poco; pero tanto
que podríamos habernos tocado con las manos
-lo mismo que la e muda que no grita
y todos la oyen al decir je t’aime-
sintiendo su hormigueo, sin conocernos?.
¿Verdad que es dulce haberse casi amado
y sentir en los ojos aún ese desconsuelo?
Cuando te arropen las sombras de la noche
hoy, sin embargo, sentirás un beso.