Los límites del juego
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Tras la mano que traza, el nombre que la línea
recibe de tu mente. Convergiendo, el instante,
el punto, la mirada insensible de ambos,
todo el espacio incólume entre un cuerpo y el otro.
Y sin embargo roba la vida luz, desgasta
los límites extremos de lo que era posible,
de lo que no será fuera de la memoria.
Lo sabes bien, se muere, se va muriendo a chorros
con cada fuego fatuo, cuando juega con fuego
la palabra no dicha. Pero eso ya no importa.
recibe de tu mente. Convergiendo, el instante,
el punto, la mirada insensible de ambos,
todo el espacio incólume entre un cuerpo y el otro.
Y sin embargo roba la vida luz, desgasta
los límites extremos de lo que era posible,
de lo que no será fuera de la memoria.
Lo sabes bien, se muere, se va muriendo a chorros
con cada fuego fatuo, cuando juega con fuego
la palabra no dicha. Pero eso ya no importa.